domingo, 3 de julio de 2011

Reyes del ritmo.

Corrimos más que nadie, nuestra vida no paraba, rápidos como los primeros haces de luz a través de tu ventana, también llegamos a tu cama, vivímos como un coche sin frenos, quemamos fotos a la luz de una hoguera, hicimos vudú con tu pelo y rayamos tus cristales, manchamos tu vida y tan pronto como entramos en ella salimos. 
Fuimos veloces como el rayo, corría el año 2007 y las calles eran nuestros sumideros, podría casi decir que aún no teníamos pelos en la sobaquera, pero flipábamos con aquella mierda, nos juntábamos para pasarlo bien, no había nada más, eras tu y tus amigos, nunca se abandonaba a nadie, no habían problemas, te dedicabas a vivir, a dominar el ritmo, tu eras el rey del ritmo. No importaba nada más, sólo las risas y los amigos, aquellas carreras y ostias, aquellos piques, aquellas peleas, todo aquello queda lejísimos del ahora, no sé como puedo ser tan gilipollas de pensar que todo eso volverá. Eso nunca volverá.
Demasiado a menudo las personas se diluyen, unos lo llaman madurar, otros dicen que las personas cambian... Yo ni siquiera me esfuerzo por ponerle nombre, simplemente digo que se diluyen, como una amistad con el paso del tiempo, pero individual. A todos nos pasa, es inevitable, cada día somos más esclavos de lo que hicimos y de lo que podemos o no hacer y menos dependientes de lo que de verdad deseamos. 
Si digo la verdad...llevo cuatro días fuera de casa, y lo que más he echado de menos ha sido escribir lo que pienso, creo que esto me gusta demasiado, aquí soy libre y nadie me puede dar un puñetazo por decir lo que pienso, ni argumentar mis pensamientos, porque no necesito que me los contradigan, es más, ni siquiera necesito justificarlos.

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