viernes, 8 de julio de 2011

No puedo dormir.

Son las dos y media de la mañana, no puedo dormir, hace demasiado calor, escribo con la poca luz que entra del patio de luces y de la poca que me da el móvil, esto confirma que me he vuelto adicto a escribir, a contar lo que atraviesa mi mente, he descubierto una forma increíble de desahogo.


Son miles las historias que podría contar, millones de palabras sobre mis más extraños pensamientos, pero hoy la inspiración ha tomado las vacaciones de verano y me ha dejado de lado, como acaban por hacer todos. Ayer descubrí que lo que pensaba que era un problema cerrado no es más que otra herida abierta, una de tantas, que me duele más cicatrizar que la herida en sí, no soporto a la gente rencorosa, no aguanto que las personas vivan pensando en las cosas malas del pasado sin centrarse en las buenas del presente, me toman como un niño sin ideales que sólo quiere ser un rebelde más, pero no tienen ni idea... Los ideales ni se compran ni se venden.


Para concluir, lo que ahora mismo está sonando, algo difícil de oír, pero me siento identificado en gran parte con la forma de pensar y de ser de este señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario