-No me gustan las cosas normales, no me gustan las bohemieces, no me gusta el Sol, no me gusta la lluvia, no me gusta el desfase, no me gusta estar tranquilo, odio el frío y el calor se me hace insoportable. No me gusta estar cansado, pero tampoco puedo estar quieto, no me gustan las drogas, ni el alcohol, ni el tabaco, no aguanto los hospitales ni caer enfermo, no soporto a la gente falsa aunque les de una falsa sonrisa, me gustan mis amigos pero a veces se me hacen pesados, mi familia es tranquila pero me pone nervioso.
+ ¡Eh, espera un momento! Te acabo de conocer, ¿Por qué me cuentas todo esto?
- No lo se, quizá hemos conectado de una forma un tanto especial ¿No crees?
+ ¿Estás intentando ligar conmigo? Te aseguro que no vas a conseguir nada con ese pesimismo y esa bipolaridad que traes.
- Si quisiera ligar contigo, lo sabrías.
+ Vamos, dime la verdad, ¿Piensas así?
- Total y completamente, se me da fatal mentir.
+ Pues yo creo que eres un gilipollas, un antitodo, un hater y los haters deben dedicarse a odiar, así que déjame con mi mundo, que aquí dentro sólo cabe odio hacia mi.
- También te puedo odiar a ti.