domingo, 4 de septiembre de 2011

Es increíble la cantidad de connotaciones morales que puede aportar un simple hecho, una gran diferencia entre realidad y ficción, en los momentos más extremos de nuestra vida nos paramos a meditar si vivimos en un simple sueño, o lo que sentimos es realidad. Vivimos más próximos al mundo de los sueños que a la realidad que nos alcanza de lleno, actuamos en el teatro de la fantasía, creyendo que todo lo que vivimos es real, incrédulos nosotros. El subcociente nos dirige indefinidamente a un destino no marcado, a un mundo donde no existe lo verdadero ni lo falso, existe lo que ves, lo que notas, lo que sientes. Mostramos nuestra peor faceta al mundo escondiendo todo nuestro potencial, que desarrollamos en secreto y sólo nosotros conocemos,. ¿Por qué? Nadie lo sabe, el mundo sería demasiado irreal.

ORIGEN.

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