Sólo somos el reflejo de lo que eramos, los restos de una utopía destruida por el odio y la codicia. Individualmente increíbles, colectivamente aniquiladores de todo lo que amamos.
sábado, 14 de abril de 2012
Historia.
En la vida, todo, absolutamente todo se trata de una batalla, el más mínimo cambio supone un conflicto de enormes proporciones, crea una división de proporciones increíbles, en ese mismo momento, las fuerzas chocan, el caos y el orden compiten en toda magnitud posible. Al final sólo queda un vencedor, el que crea la historia que debe ser contada, el pasado, pero obviamente no se habla del perdedor, de lo que pudo haber sido si no hubiese sido como fue, sino distinto, casi opuesto, similar o alternativo. Cada decisión que tomes, cada cosa que hagas, cada gesto que realices, cada mirada, absolutamente todo será puesto a prueba por la historia, mientras que todo aquello que no hiciste, todo lo que pudo ser diferente, caerá en el olvido, nadie hablará de ello, no aparecerá ni siquiera en tu mente, permanecerá en algún lugar de tu cabeza, olvidado como un libro en el desván, lleno de polvo, viejo pero interesante, hasta que alguien se disponga a rescatarlo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario