martes, 17 de abril de 2012

Coincidencias.

Siempre, desde niño, habrás oído hablar de cientas de historias, te habrán intentado inculcar la figura de cualquier dios creador de todo, incluso de tu vida, te intentarán engañar, te dirán que existe un destino, que estás predestinado a algo, algo inamovible, desde el día que naces, hasta el día que mueres, todo estará exactamente calculado y no podrás hacer nada. El mundo conspirará contra tu oposición a esas ideas, intentará que te des cuenta de que el destino está ahí ¿No lo ves? Ese destino no existe, esa posibilidad de rotar todo eres tú.

Creo en las personas, creo en mí mismo, creo en el valor de la gente . Creo que si me pasa algo, es porque he querido que suceda de esa manera, no porque las estrellas estuviesen alineadas de cierta manera el día que mi madre me dio a luz. No puedes controlar todo lo que gira a tu alrededor, pero si las partes que te importan. Ningún destino, dios, ni cartas de adivinación va a enseñarte a cuidar a tus amigos, querer a tu familia, enamorarte, o gritar de rabia. Somos lo que somos, no lo que quieren que seamos.

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