La sucesión de los Lunes.

Sin preguntar conozco la respuesta, respuestas, algo que llene este vacío, cualquier cosa que consiga arrancar una sonrisa verdadera de ese chico que está apoyado en la pared, míralo, siempre igual, unos vaqueros, unas deportivas, una sudadera, su característico abrigo, y un gorro. ¡Ay chico, los sueños sólo son sueños! Deja de engañarte, nadie te conoce, ni siquiera tu sabes quién eres, ninguna persona sabe lo que quieres y ninguna borrachera te ayuda, ninguna canción te pone los pelos de punta, nada te complace, te has convertido en lo que nunca quisiste ser, pero que siempre fuiste.